Desde el inicio de nuestro viaje nuestros colegas siempre mostraron interés por las aventuras de Sirimiri.
Nuestro viaje cósmico en la prensa de San Luis Potosí en México.
Nuestra visita a la ciudad de Oaxaca también tuvo su reflejo en su televisión.
Entrevista realizada por la revista Cletofilia en la ciudad de Mexico DF
Cercano al final de nuestro viaje Irene Canalis, redactora del Diario de Ibiza nos hizo este regalo de reportaje de dos páginas.
Peio Arruabarrena lleva 40 años pegado a la cámara y aproximadamente ocho a su amigo Sirimiri, «el primer robot reportero que cuenta el mundo tal y como es», como lo describe Arruabarrena.
En septiembre de 2011, hombre y robot partieron juntos de su hogar en San Sebastián dispuestos a dar la vuelta al mundo en cinco años a bordo de una bicicleta eléctrica y ahora, a menos de dos meses para que llegue el día de su regreso, han recalado en Ibiza.
Arruabarrena es reportero gráfico y creador multimedia y ha trabajado como cámara para muchos medios de comunicación, entre ellos TVE. Desencantado con la realidad de la profesión, hace cinco años que decidió abandonar el periodismo tradicional, «aburrido de contar mentiras y con ganas de contar la verdad», para volcarse en el periodismo humano a través de su web. Dejó el reloj, el teléfono móvil y la tarjeta de crédito, porque «para cambiar el sistema tienes que hacerlo tú mismo» y empezó una aventura con su robot a pilas de Lego Mindstorm llamado Sirimiri y su bicicleta eléctrica, bautizada como la nave Ajolá.
Ibiza, regalo de cumpleaños
Este ´equipo´ de reporteros llegó a la isla el 26 de junio, como regalo de cumpleaños de Peio. Los motivos por los que se decidieron a venir están relacionados con la música electrónica. Durante su largo viaje, en el que no han logrado dar la vuelta al mundo, pero sí vueltas por el mundo, han recopilado «música muy interesante» y han preparado la Cosmic Session de Dj Sirimiri, dispuestos a celebrar próximamente una fiesta en alguna cala de la isla, aunque «la idea es conseguir hacer una sesión en una discoteca», cuenta Arruabarrena. Antes de pinchar, la curiosa pareja está «visitando la isla y haciendo una gira de biketing, que es marketing en bici, para Sansara», cuyos propietarios le han patrocinado el viaje a Ibiza.
Sin embargo, una vez aterrizados aquí, se han decidido a ir más allá. Su nueva misión es recaudar fondos para Cáritas Ibiza repartiendo folletos informativos por los lujosos yates que amarran en los puertos de la isla para animar a sus dueños a colaborar. La idea surgió ayer por la mañana, cuando leyó «que el coordinador de Cáritas dijo que están dando de comer a 200 personas mientras ven los yates de los multimillonarios… Lo he leído y he pensado en la nueva acción de Sirimiri, además de que en Cáritas se han portado muy bien conmigo muchas veces y creo que se lo debo».
El robot y Arruabarrena van haciendo «inventos» por donde pasan. Un ejemplo, Siri Shake Bike, una bicicleta que producía batidos de coco y frutas cuando los paseantes se animaban a pedalear en la playa de Tulum, o también la organización de una fiesta en México con la que lograron una nueva silla de ruedas para una niña a la que se la habían robado.
«A menos ricos, menos pobres»
La filosofía de vida del ciclista desde que renunció a «este sistema de consumo» se basa en vivir con poco. Con lemas como «Gasta tu pasta» o «A menos ricos, menos pobres», el viajero lo tiene claro: «Cuando a mí me preguntan quién me patrocina yo contesto que es el gran espíritu, que nos da las ideas para conseguir cada día lo que necesitamos, y eso nos lo regala porque nunca pedimos más», apunta.
Él se aloja en «el hotel del gran lujo cósmico», a la intemperie, con más estrellas que ninguno, e incluso luna. Arruabarrena ha dormido en suites como «la del pajar, la del olivar y la del pescador», esta última situada sobre una caseta de pescadores en la Cala Benirràs.
«Sirimiri y yo no necesitamos dinero, pero nuestros proyectos sí», cuenta el ciclista refiriéndose al Siristudio, un proyecto nacido hace siete años con el que empezó todo. Sus planes para cuando deje la isla son, sobre todo, retomar ese proyecto, una manera de que personas con discapacidad puedan controlar cámaras robots con la mirada, que necesitará una remodelación y, para su impulso, una recolecta vía crowdfunding (micromecenazgo). Pero además, también tiene en mente volver a Euskadi, hacer un recorrido por los pueblecitos y terminar en San Sebastián el 17 de septiembre el viaje que bautizó como ´De San Sebastián a Donosti 2016´.
Después tiene programada una exposición fotográfica en Vitoria, un salto a Madrid para llevar a Sirimiri al programa ´El Hormiguero´, un taller para youtubers en la Escuela de Cine y Vídeo de San Sebastián para montar todo el material que ha grabado y, en cuanto pueda, instalarse en Cuba. «Si todo va bien me gustaría quedarme a vivir en Cuba, que es el país más justo de todos los que he visto por el mundo. En Cuba no hay explotación, no hay violencia, no hay hambre, ni verás viejitos o niños abandonados como en el resto de la Tierra», cuenta el reportero.
Añade también que «la revolución evidentemente se tiene que actualizar, ya viene la movida habanera, y no me la quiero perder… Cuba ahora es un país mucho más abierto, la gente está ilusionada, hay más libertad, y se necesita inversión porque hay necesidad y todo está obsoleto, pero sus habitantes no se van a vender al capitalismo, es algo que tienen muy claro».
De La Habana a China
Sus planes allí son montar el Ciclo Café Bar Gallery en pleno malecón: una tienda de venta y reparación de bicicletas, con alquiler para los turistas, una suite para Sirimiri y una terraza bar. Lo quiere lograr también a través del crowdfunding: las recompensas para los colaboradores serán tours por la Habana, cenas con Sirimiri, noches en la suite, tours especiales, etc. Sin embargo, La Habana solamente será su base, pues el verano que viene aspira a seguir viajando por el mundo, por Rusia y China, esta vez en moto.
A sus 54 años, Arruabarrena no se ha cansado de viajar ni ha perdido la esperanza en la gente, incluso después de haber atravesado algunos episodios bastante crudos, como la vez que trabajó durante siete meses en una explotación agrícola del Triángulo Esmeralda, en California, y en lugar de obtener los 25.000 dólares que le habían prometido, recibió una amenaza con un rifle y un perro fiero. O como cuando estuvo trabajando «en la recogida de cebolla a cinco euros la hora y a 40 grados de temperatura» y acabó abandonándolo e incluso acudiendo a Cáritas: «Un hombre de Cáritas que trabaja en Podemos en La Mancha me ayudó muchísimo», recuerda. «La gente es muy solidaria y en cuanto me ve con la bicicleta y la mochila me tiende la mano», afirma el aventurero.
Y para terminar este reportaje de nuestro colega y amigo JuanMa Goñi en el Diario Vasco.
Thats All Folks….