VIDEO de las actividades que realizamos y de nuestros mejores momentos en la isla.
Antes de partir para México, Sirimiri realizó una de sus acciones en la maravillosa isla de La Graciosa, la octava isla canaria. Tras recibir de manos de Miriam y sus compañer*s un precioso regalo, nuestra ansiada bicicleta eléctrica “Kontxi”, nos fuímos volando a las islas Canarias. Desde aquí queremos reiterar nuestro agradecimiento y felicitar por su 175 aniversario a la histórica fábrica de bicicletas Orbea por el apoyo y cooperación para con nuestro proyecto.
Aterrizamos en la isla de Lanzarote y nos dirigimos a Órzola donde tomamos el barco de Lineas Romero que generosamente colaboró con nosotros, junto con el departamento de cultura de la Villa de Teguise, para que durante unos días los habitantes de la isla de La Graciosa pudieran disfrutar de los kuentos y aventuras de Sirimiri. Somos ciclistas pero también navegantes. Nos gusta mucho rodar con la bicicleta y nos apasiona navegar por eso no perdemos ninguna oportunidad para estar en contacto con la Mar. En nuestro viaje visitamos puertos, vamos a pescar, asistimos a regatas, o simplemente pasamos el rato en el muelle charlando con la gente.
En el teleclub de La Graciosa instalamos una exposición fotográfica de los amig*s de Sirimiri por el mundo, proyectamos vídeos e impartimos talleres de robótica educativa, banderas pirata para la bicicleta, etc. A nuestra llegada al muelle de Caleta del Sebo nos esperaban autoridades, viej*s amig*s y los chinij*s (como llaman a los niñ*s en Canarias) ilusionad*s con nuestra visita.
Muchos de los habitantes de la isla cooperaron en nuestras actividades. Como nuestr*s amig*s desde hace muchos años, Sasa y Ginés, que lograron convertir a Sirimiri, vistiéndolo con la vestimenta tradicional, en un graciosero auténtico . Esta isla nos atrapó hace muchos años por su tranquilidad y paisajes únicos. Sus calles de arena, la calma de la rutina diaria, su mágica luz embriagadora proyectada en paisajes como el imponente Risco de Famara, hacen sentir al visitante en paz y armonía. Para los amantes de la gastronomía, en La Graciosa se pueden degustar de excelentes pescados frescos como la morena frita, mi plato preferido, que en un maridaje perfecto con los vinos blancos de la cercana isla de Lanzarote satisfacen al más exigente de los gourmets. Y que decir de la Playa de Las Conchas, con los islotes de Alegranza y Montaña Clara enfrente, donde es una delicia pasar la noche bajo un cielo cristalino para visionar las estrellas.
Creo que quienes más disfrutaron de la visita de Sirimiri a La Graciosa fueron los chinij*s. Durante tres días pudieron ver y escuchar las aventuras de Sirimiri en sus viajes alrededor del mundo. Sorprendidos aprendieron nociones básicas de robótica desmontando y programando a Sirimiri. Como futur*s reporter*s experimentaron con la cámara y el micrófono realizando entrevistas a sus amig*s. Hasta se animaron a producir espontáneamente su propia obra de teatro.
No dudaron en retratarse felices con Sirimiri vestido con su “look” graciosero para tener un recuerdo de nuestra visita.
Siempre que hubo ocasión, los mayores, habitantes y visitantes, también se animaron a retratarse con Sirimiri.
Para terminar, solo podemos decir que nuestro deseo es que la isla pueda conseguir mantenerse como uno de los espacios con un entorno y economía sostenibles más bellos del planeta Tierra. Creo que el próximo logro para un equilibrio casi perfecto sea el uso de las energías limpias (solar, marina y eólica).
Sus habitantes aprecian tanto su territorio que estoy seguro conseguirán conservar este pequeño paraíso para las futuras generaciones….hasta siempre isla querida…